martes, 27 de noviembre de 2007

MINUTO Y RESULTADO


Hace unas semanas, llamé la atención sobre las espectaculares dimensiones de la cabeza del presentador Patxi Alonso. Pues bien, ya he descubierto por qué la tiene tan grande.

El domingo estuve viendo el programa de fútbol que presenta, “Minuto y resultado”. Al cuarto de hora me entró una jaqueca que ni con el mejor paracetamol del mercado.
Al más puro estilo “ensucia la tele con todo lo que puedas” me vi ahogado entre gráficos, sonidos, estadísticas, gritos y promedios. Era imposible distinguir algo en la pantalla excepto, claro está, la super cabeza del presentador. Por eso se la ha dejado crecer, ¡para que le veamos!

Paso a describir todo lo que llegó a mostrarse en pantalla simultáneamente: Por la parte baja de la tele, de forma continuada y muy pesada, los resultados de la jornada a toda leche, acompañados de repetitivos soniditos que te advierten de los goles, además de ponerte de los nervios. Por el lateral izquierdo de la imagen, súper gráfico de tiros a puerta del Valladolid comparados con los del último partido de la temporada pasada contra el mismo rival y a la misma hora… Por la derecha y desmarcándose, la clasificación provisional que insertan cada 20 segundos según varían los resultados. (Me imagino al pobre becario, picando datos y cagándose en la madre de la liga profesional de fútbol). En el corner izquierdo, la palabra “directo” recuerda, por si alguien es tonto, que estamos en rigurosísimo y pueden pasar muchas cosas.
De pronto, conectan en directo con San Mamés. Aparece en primer plano un pavo con rizos, unos cascos puestos y muy nervioso. Acierto a distinguir la sombra del cabezón de Patxi que se asoma desde un lateral. ¡Pero si está al lado! Resulta que conectaban de urgencia porque el Murcia había disparado al palo en dos ocasiones. Mis ojos no saben donde mirar. Demasiados estímulos, demasiados gráficos. Y como éramos pocos, parió la abuela. Patxi está acompañado de invitados que se dedican a comentar todo lo que se va mostrando en esa pantalla del infierno, verde y llena de datos. No exagero si os confieso que imaginé una ranura en mi tele con el titulo “Insert Coin” porque la verdad es que parecía que me estaba jugando los cuartos en una máquina tragaperras.
No me extraña lo más mínimo que Lopetegui se rindiera a los encantos del programa y, fruto de un justificadísimo desmayo, hiciera temblar el plató de la Sexta. Pero, ¿no querían sorpresas? ¡Pues esto es La Sexta!, comentaba el presentador.
Patxi, no quiero sorpresas. Es domingo y no quiero que me estreses. Para eso ya tenemos los laborables. Me río yo de los dibujos de Pokémon. “Minuto y resultado” puede llegar a causar muchos más ataques epilépticos en la audiencia que esos dibujos japoneses o que el ilustre y emocional Santi Acosta contando chistes.

Por mi parte, recomiendo de forma enérgica seguir la jornada futbolística con el teletexto de fondo. Mientras, podemos dedicar nuestro tiempo a otras cosas mucho más relajadas, como escuchar música, estar con los amigos o leer un libro.
Pese a todo, he de decir que Patxi Alonso me cae muy bien, me parece un cabezón con muchísimas virtudes. A resaltar, ese pedazo de dientes, más blancos que el Colgate. En serio, me parece un profesional como la copa de un pino. Y además, de Bilbao.

jueves, 22 de noviembre de 2007

YO MANDO, TÚ MANDAS, ÉL MANDA


Ni TDT, ni canales temáticos, ni leches. Internet es una realidad más grande que los molinos del Quijote.

¿Os acordáis de esos sábados de resaca, tumbados en el sofá y haciendo zapping sobre los 4 programas musicales que se emitían a la vez? Del 40 al 1, Música sí, videos super novedad, video estreno, video super plus, etc.

Youtube (por poner un ejemplo) te permite ver los videos musicales que quieras, cuando te dé la gana. De esta forma, te ahorras tragarte a Maná, Andy y Lucas o Rebecca antes de disfrutar de tu artista favorito. Hay videoclips colgados de Internet que ni los propios artistas reconocerían tener. Canales como MTV están sufriendo ya las consecuencias de Internet, reduciendo cada vez más el número de videos musicales y apostando por otros contenidos, tipo Jackass o Dismissed.

Esto mismo pasa con infinidad de contenidos. Ayer estuve viendo por mi ordenador los capítulos 6 y 7 de la tercera temporada de Lost. Y anteayer dos programas de Muchachada Nui. Yo soy el programador. Si quiero hacer un descanso, simplemente doy a la pausa.

Para más inri, ahora llega la TDT, una paja mental más grande que la Alhambra de Granada. Cuando llegue el apagón analógico, lo más que haremos será encender unas velas. Tú dile a tu madre o a tu abuelo que interactúe por televisión…. Ya verás qué carita te ponen. Como mucho, y con toda la razón, te preguntarán: “¿Cuál es el mando de la tele?”

No estamos preparados para este cambio. Demasiada información, confusa y acelerada, en muy poco tiempo. El caso es que los canales se van a multiplicar como gremlins. (Llegaremos a unos 60 a través de la TDT). Tardaremos unos 20 minutos en hacer un zapping rápido. La lucha por coger un trocito de tarta pubicitaria va a ser encarnizada. Va a haber leches. Un programa de éxito será el que consiga un 9% de Share. Tanto canal va a provocar que los anunciantes acudan a nichos cada vez más determinados. Los canales temáticos serán cada vez más temáticos. Y nosotros tendremos una etiqueta cada vez más detallada sobre nuestra frente.

Internet hace mucha pupa a la tele. Pero en unos años, la va a machacar. Y no solo a la televisión. ¿Quién sigue comprando revistas de programación teniendo Internet? Teleindiscreta, Super Tele… Otros que tiemblan…

Ahora, si me disculpáis, me voy al salón a ver lo que me salga de los pinrreles. Por Internet, claro.

Hasta la semana que viene.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

ABRE LOS OJOS


Vivimos en una sociedad completamente desviada. A lo largo del día recibimos una media de 3000 impactos publicitarios que, aunque no queramos, se acomodan en nuestra cabeza y van dejando un poso que nos hace cada día más idiotas, más ciegos y menos receptivos a lo que ocurre fuera de nuestras dirigidas vidas.

El martes pasado me encontré con mi amigo Tego. Su cara era un poema. Le pregunté si se encontraba bien y si podía ayudarle. Me contó angustiado que el jueves tenía una fiesta de disfraces en casa de su amiga Belén y que no encontraba la peluca rubia que necesitaba para el disfraz.

-“Eso no es todo tío. El fin de semana tengo una boda y todavía no he alquilado el chaqué, el muy cabrón me ha hecho testigo. Mi coche está en el taller y además, todavía no sé si podré pillarme las vacaciones en Julio o en Agosto. Bufff…Vaya panorama.. Mi vida es un desastre”

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Aunque cada vez nos pongan más difícil encontrar programas de calidad en nuestra televisión, los “Callejeros” de Cuatro, a lo salmón, están triunfando con sus acertadísimos reportajes de tele-realidad a chorros. Todos los viernes nos ofrecen, en bandeja de plata, conocer de cerca esas realidades que no se sitúan en desiertos tan lejanos ni en montañas tan remotas. Sino más bien todo lo contrario. Problemas y dramas reales que suceden a diario. Casas expropiadas, delincuencia, pobreza, drogas, inmigración, prostitución, etc... El programa hace especial hincapié en este tipo de temas pero también deja hueco para reportajes más ligeros, como el que sacó a la luz las mansiones y residencias más caras de España o el que recorría de arriba abajo la Gran Vía de Madrid sumergiéndonos de forma brillante en los recovecos más interesantes y desconocidos de este mítico lugar.

No sé si será por la forma que tienen de contar las cosas, por la educación con la que tratan a los protagonistas de sus reportajes, por el respeto con el que se acercan a los temas más delicados o simplemente por los huevos que le echan a su trabajo. Lo único claro es que estamos ante uno de los mejores programas de la televisión actual. Un programa que graban 4 reporteros y un cámara. No busquéis grandes efectos, ni expulsados, ni norias, ni politonos, ni tomates, ni opiniones, ni debates estúpidos. Tampoco busquéis a ningún presentador con tirantes dedicado a vender actualidad y realidad a base de videos de toros y accidentes de coche. “Callejeros” busca pincharnos realidad en vena para ver si nos hace efecto.

Cuando me crucé con Tego, no llevaba ninguna jeringuilla a mano pero le recomendé que viera “Callejeros”.
En definitiva, creo que es un acierto de programa, que no deja indiferente a nadie y que nos invita a mirar la vida más hacia fuera y un poco menos hacia dentro. Y con los ojos muy abiertos, a lo Betty Boop.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

¿POR QUÉ? (PRIMERA PARTE)


Son las 23:30 y tengo que enviar la crítica antes de las 00:00. Hoy estoy completamente en blanco y para solucionar el problema me dispongo a compartir con vosotros algunas dudas televisivas que me acompañan desde hace tiempo:

¿Por qué en España Directo nunca paran de comer?
¿Por qué todo lo que prueban está bueno?
¿Por qué siempre que miro el gesto de Lorenzo Milá me lo imagino apretando?
¿Por qué se ha puesto de moda jugar al Quimicefa en los programas de televisión?
¿Por qué María Escario está siempre tan contenta?
¿Por qué Gabilondo está siempre de mal humor?
¿Por qué Fernando Alonso es el bueno y Hamilton el malo?
¿Por qué “Corazón Corazón” lleva mil años con la misma sintonía y careta de entrada?
¿Por qué su presentadora se sienta en sofás y Anne en sillas de Ikea?
¿Por qué a la Super Nany le gusta tanto colgar cosas de la pared?
¿Por qué en “Versión Española” se las dan de alternativos?
¿Por qué Ramón García cae tan bien a las abuelas?
¿Por qué Mario Picazo cae tan bien a las madres?
¿Por qué Juan y Medio cae tan bien a los niños?
¿Por qué la película de la semana es siempre la peor?
¿Por qué José Andrés ya no cocina en la Primera?
¿Por qué en los desayunos de TVE nunca prueban los bollitos?
¿Por qué Jordi Hurtado nunca envejece?
¿Por qué Jaime Cantizano no deja de poner caritas?
¿Por qué la gente asiste de público al programa “Diario de Patricia”?
¿Por qué Carmen Alcaide no se decide de una vez a enseñar las tetas?
¿Por qué ahora hay que ser gracioso mientras se informa del tiempo?
¿Por qué Patxi Alonso tiene la cabeza tan grande?
¿Por qué los resúmenes de futbol de la 2 se escriben en verso?
¿Por qué el plató de “Tengo una pregunta para usted” me recuerda tanto al de las vaquillas del Grand Prix?
¿Por qué a Buenafuente le gusta tanto imitar gruñidos?
¿Por qué Javier Pérez de Albéniz ya no escribe en El Mundo?

El próximo jueves, más y mejor. Lo prometo.