miércoles, 14 de noviembre de 2007

ABRE LOS OJOS


Vivimos en una sociedad completamente desviada. A lo largo del día recibimos una media de 3000 impactos publicitarios que, aunque no queramos, se acomodan en nuestra cabeza y van dejando un poso que nos hace cada día más idiotas, más ciegos y menos receptivos a lo que ocurre fuera de nuestras dirigidas vidas.

El martes pasado me encontré con mi amigo Tego. Su cara era un poema. Le pregunté si se encontraba bien y si podía ayudarle. Me contó angustiado que el jueves tenía una fiesta de disfraces en casa de su amiga Belén y que no encontraba la peluca rubia que necesitaba para el disfraz.

-“Eso no es todo tío. El fin de semana tengo una boda y todavía no he alquilado el chaqué, el muy cabrón me ha hecho testigo. Mi coche está en el taller y además, todavía no sé si podré pillarme las vacaciones en Julio o en Agosto. Bufff…Vaya panorama.. Mi vida es un desastre”

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Aunque cada vez nos pongan más difícil encontrar programas de calidad en nuestra televisión, los “Callejeros” de Cuatro, a lo salmón, están triunfando con sus acertadísimos reportajes de tele-realidad a chorros. Todos los viernes nos ofrecen, en bandeja de plata, conocer de cerca esas realidades que no se sitúan en desiertos tan lejanos ni en montañas tan remotas. Sino más bien todo lo contrario. Problemas y dramas reales que suceden a diario. Casas expropiadas, delincuencia, pobreza, drogas, inmigración, prostitución, etc... El programa hace especial hincapié en este tipo de temas pero también deja hueco para reportajes más ligeros, como el que sacó a la luz las mansiones y residencias más caras de España o el que recorría de arriba abajo la Gran Vía de Madrid sumergiéndonos de forma brillante en los recovecos más interesantes y desconocidos de este mítico lugar.

No sé si será por la forma que tienen de contar las cosas, por la educación con la que tratan a los protagonistas de sus reportajes, por el respeto con el que se acercan a los temas más delicados o simplemente por los huevos que le echan a su trabajo. Lo único claro es que estamos ante uno de los mejores programas de la televisión actual. Un programa que graban 4 reporteros y un cámara. No busquéis grandes efectos, ni expulsados, ni norias, ni politonos, ni tomates, ni opiniones, ni debates estúpidos. Tampoco busquéis a ningún presentador con tirantes dedicado a vender actualidad y realidad a base de videos de toros y accidentes de coche. “Callejeros” busca pincharnos realidad en vena para ver si nos hace efecto.

Cuando me crucé con Tego, no llevaba ninguna jeringuilla a mano pero le recomendé que viera “Callejeros”.
En definitiva, creo que es un acierto de programa, que no deja indiferente a nadie y que nos invita a mirar la vida más hacia fuera y un poco menos hacia dentro. Y con los ojos muy abiertos, a lo Betty Boop.

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