sábado, 13 de octubre de 2007

LABORABLES Y FESTIVOS


Debería ser obligatorio salir los viernes. Los sábados doy por hecho que también. Si lo pensamos bien, debía ser de obligado cumplimiento salir los 7 días de la semana.
Desde mi punto de vista, hay dos tipos de personas: Los laborables y los Festivos.

Los Laborables.
Se caracterizan por acostarse todos los días con su jefe. Se pasan el día pensando en su superior, cuestionándose si lo están haciendo bien o lo están haciendo mal. Este enamoramiento desviado suele ser el menos correspondido del mundo, ya que normalmente el jefe está a otras cosas y nunca se entera del amor que le profesa el laborable.
Se caracterizan por ser los primeros en retirarse los jueves, con la excusa de tener que levantarse temprano para trabajar o con la excusa de tener que hacer maletas. Cuando quedan con amigos, se pasan más del 70% del tiempo hablando de su trabajo, siempre lleno de problemas, siempre lleno de desesperación. A veces rozan lo íntimo en sus declaraciones. Suelen empezar sus charlas con frases tipo “vaya semanita he tenido”.Y si os esforzáis y hacéis memoria, os daréis cuenta que siempre, absolutamente siempre, tienen “semanitas”. Viven en un sin vivir pero les da igual. En el fondo les encanta; es más que un sentimiento, es una actitud. Son muy tranquilos y los viernes tienen por obligatorio estar destrozados (sea verdad o no). Alquilan películas sin parar y además lo cuentan. Se esfuerzan de lunes a viernes con madrugones de 06:30 y los fines de semana, justo cuando empieza lo importante, cuando hay que darlo todo con los más cercanos, sacan la bandera blanca y se van a casa, previo paso por el videoclub.
Resumiendo: Viven lo laboral y descuidan lo personal. Prefieren una sonrisita del jefe a una noche de copas con amigos.

Los Festivos.
Se caracterizan por pensar que “las mañanas son esas horas del día que no sirven para nada”. (Tegu).
Siempre están de buen humor. Salen siempre que alguien se lo propone y son muy fáciles de liar una noche de lunes. No estoy hablando de ricos. Ellos sueñan con ser ricos. Hablo de gente normal que trabaja de lunes a viernes pero que también sale de lunes a viernes.
Tienen mentalidad ganadora. Si están cansados, saben que a la segunda copa se les pasa. Cuando salen a cenar, nunca miran el precio de los platos y además siempre acaban con copa, nunca con licor de manzana. Son mucho más alegres que los laborables porque viven mucho más que ellos. Les pasan miles de cosas durante la semana. Y las mejores, siempre a partir de las 19:00 de la tarde. Nunca te preguntarán “que tal en el curro” porque en el fondo saben que no es importante.


Yo, me esfuerzo en ser festivo. Pero ayer viernes, me quedé en casa viendo la tele.
Los callejeros de Cuatro, viéndome triste y abatido me sacaron de casa y me dieron un paseo por la Gran Vía de Madrid. La pateamos entera de arriba abajo. Me enseñaron la realidad de la forma más cruda, sencilla y cercana que os podáis imaginar. Me presentaron a muchísima gente con la que nuca me habría parado ni a hablar. Sabía que estaban ahí, pero nunca había pensado en ellos. Sobre las 4 de la madrugada comimos tallarines de los chinos ambulantes de Gran Vía y bebimos cervezas frías.
El próximo viernes saldré seguro. Pero si no es así, quedaré de nuevo con los callejeros de Cuatro. Gracias a ellos, la realidad tiene cabida en la televisión. Muchas gracias y enhorabuena por el pedazo programa que hacéis!